Friday, July 24, 2009

La niebla sin rocío



La Soledad que dejaste
no se queda sola
y los sueños que un día pensamos
son recuerdos
en la mente de una fotografía.

Y quedan nuestras hijas
las que no tuvimos
hechas fríos fantasmas
en mis brazos,
cabezas grises
aparcadas en los rincones,
miradas
que no quieren significar nada.

Las palabras que no dijimos
y las que no quisimos decir
se quedan solubles en la sombra
de ese espacio que dejaste
entre el aroma de mis sabanas
y la sombra de la ventana.

Quedan refugiadas
tiritántes tórtolas de loza descascarada
refugiadas del vuelo
mirando hacia la pared
haciéndole sombra a nuestras fotografías
sepultando en sus figuras
metros de tierra sobre los gritos
de un amor
que no debe respirar.

Es un fantasma
una bruma gigante de la que huyo
la única niebla en la que no quiero habitar
y me veo inmerso,
insensible, cruel y despiadada
me hace huir a lugares fríos
más allá de lo que se conoce
más oscuro de lo que se puede ver.

Y la vida corre con la misma materia
una parte de mi no se halla
mientras la carne de mi cuerpo se encuentra
entre el frío de una sábana
y la promesa de un Dios que me lleva,
No puedo parar,
no puedo parar de huir de ti.