Cicatero Silencio

El Recuerdo de Nadie

Gracias por decir la verdad
no soy el recuerdo de nadie
soy solo un poco de mucho
echado al viento al azar
siempre hacia el mismo lugar.


Busco mi nombre
arañando las paredes de la nada
soy el vértigo híbrido
de una sombra que salta de la mente
una voz que olvido el vacío
y quedo atrapado en la trampa de la nada.


Parido con muchas palabras
y arrojado al silencio
a ese mismo lugar entre tus manos y el vacío
ya se que mi corazón caerá
y no lo recogerás,
que nadie podrá rescatar mi pecho del abismo
que nadie leerá estas líneas
así estuvieran escritas con sangre.


Y fluyo entre mi sombra
y la calidez del horizonte
con la marcha de los golpes de mi thanatos
después de las cenizas
paso desnudo la noche
mientras las palabras ocultas
dibujan las heridas en mi piel.


Y es que a veces
el aire de mi voz
no puede desafiar la caída
y es que a veces
también creo que flotar es caer
entre el sonido blanco de mi caida
lamento la impotencia sempiterna
de no poder nunca escribir sobre mi muerte.


El dolor se hunde
con el rose de una hoja
de puñal
dividiendo mi sonrisa
entre mi fe
y mi profunda, profunda
profunda soledad.


Nadie sabrá la última frase
el último aliento se lo guardo a Dios
en justicia de todas las palabras indemnes
que nadie quiso leer
que nadie quiso escuchar
soy el recuerdo infertil y bruno
que nadie pudo fecundar.

Objeto Vacío

El golpe en el lado derecho
y me cuesta respirar
quiero mirar en la sombra
lo que queda por sentir
pero esta en el rincón 
donde el aire se carga
y queda mi color sobre el rayo de sol
volando sobre el aire
como el rastro de una pluma.


La caricia del agua
intenta limpiarme de la marca
pero el rastro no descansa
se hunde en mi piel
marca mis caricias
que se deshacen con el agua
estigmatiza mis latidos
golpeando contra mis latidos
para poder vivir
para poder sobrevivir.


Soy la huella de la ausencia
la familia que no tuve
las caricias que me arrebataron
y la seguridad escondida,
la línea tenue de mi propio reflejo
el espectro que se mueve sobre mi propio rostro.


Con el viento del sol
es arrancada mi piel
que resiste los días alargándose
tomando la forma de los golpes
de los irrefrenables gritos de mi alma
escarbando para ocultarse del calor,
buscando la última grieta
después del saqueo
aún busco donde escondí la felicidad.


Soy un jarrón grabado
que resuena con los golpes del polvo
que canta entre sus líneas
el dolor de lo vaciado
de un golpe sordo de hierro vetusto.


Se filtra en mi voz
el aroma de los almacenes de polvo,
las columnas de los muelles
y la cometa perdida en el árbol,
se entrelaza la fibra de la soledad
en mis entrañas
y se teje el sonido blanco
entre el aire y mis ojos.


Soy el envase vacío y maltrecho
la vena escasa expuesta al sol
el envoltorio de un cuento lleno de polvo,
estos días el sol me fulmina
queriendo castigar mi interior
y solo azuza el dolor
de mi pecho sobre mi vientre
del eco del vacío
de las huellas de arena cayendo
sobre la canción de la muerte.

La querella de la pupila

Con una señal hasta el final del puente

en un viaje hacia la esquina inubicable del olvido

viaja mi barca con el fuego de una lámpara

esgrimiendo signos a la orilla de mis ojos.

Esta noche golpeaste con trueno estridente

las fronteras ciegas de mi soledad,

esta noche me ahogaba de aire

y me lanzaste al mar.

Sacudiste la hamaca de ensueño

con la inocencia de un niño en su ajuar

con la violencia irrefrenable

del solo hecho de escarbar en mi piel

el enrojecido fragor de mi lengua muerta.

Llovía granizo sobre mi tierra

dibujando heridas en mi siembra

y solo se escuchaba tu voz en la lejanía

como caballos avasalladores,

derrumbando mi voz en tu mente

derrumbando mi voz en tu mente.

Y saqueaste la tristeza de mi silencio

el esfuerzo soslayado que deja el recuerdo

torturaste en tu conquista

un palpitar gemido

unas lágrimas desnudas

unas pupilas que conocieron el miedo

a llorar.

Sin embargo creo en tu piel

creo en la oración de tu vida

y tus palabras en mi fe,

confío en la poca madurez de tu sabiduría

y el sin querer

que aún puede relatar tu fe.

Las cosas no se solucionan con lagrimas

escribí en una hoja al viento

esperando que no regrese

a cortarme la mejilla

a cortarme la pupila.

La hoja en tu ventana

Arriba de la colina

un sol que duerme sobre tus ojos

robas al otoño mis tristezas

y dejas mis ramas desnudas

en un resuello de tu ensoñar.

No cambies nada de tus días

no derritas ni un solo color de tus pestañas

no dejes sin un solo sueño

la sombra de mi calor

y el brillo de la añoranza de tu aroma

sobre mi sonrisa.

Quiero arrebatar de mi humildad

el legajo de los mejores cariños de ti

y empiezo a pintar con pasteles tus dedos

sin poder capturar tus caricias.

En cada tarde silente

tropiezo frente a tu mirada

con la torpeza de mi pincel

y los colores sin palabras.

Mis pies tropiezan con tus enredaderas

y se que de estas palabras no sabrás entender

son rastros de migajas en el bosque

son el camino y yo la frontera

que solo quiere dejar una canción en tu recuerdo.

Contemplando el invierno

entre el cielo y la tierra te abres tu

y el mundo se dibuja sobre un lienzo blanco,

te dibujas sobre mi felicidad,

no mires atrás, si es que te la vas a llevar

cierra la puerta de la noche 
con mis sentidas disculpas

aunque el perdón sea un capricho sin perdonar.

Antes de la noche

Que hago con el peso de tanta vida
del reflejo del horizonte
vienes ligera a robarme los huesos,
a hacer temblar los arbustos
y dejar volar
todas las palomas dormidas detrás del sol.


Que mañana buscas 
al bañar estar heridas con agua,
dehilachas las vendas de mi interior
y quieres tomar el sol entre tus dedos
para elevarlo como una cometa.


Dime, que hago yo
con el verdadero color de mi sonrisa
la locura de soñar detrás de tus pestañas,
arrojas una piedra al mar sin creer en el destino
y alzas una ola de fe en la noche.


Que peligrosa la canción de tu pecho
que estampa perdida de tu sonrisa
hoy que las cosas tienen colores ténues
quieres probar la vida entre tus manos
y mi sonrisa escurre entre tus dedos.


Donde gira el espejo del sol cuando anochece,
quise esconderme detrás y me dejaste sin aire
palpito en la osadía por mi
esta noche puede morir el sol
y será por ti.