y el amor se durmió en él,
su sombra le empujaba
por las calles sin sentido,
su aliento lo hacía maldecir
las historias que habían sido.
Ese día el sol detuvo las hojas
el viento golpeó contra su pecho
y no pudo despertar,
ese día la noche rondaba entre sus parpados
y los fantasmas eran el eco de su pensar.
Ese día,
la piel desesperada
saltó de sus cabales
entre las luces de cualquier batalla,
se deslizó entre las alfombras
y no pudo acariciar más que el sudor
ácido de algo peor que lo ajeno.
Ese día sus manos apretaron las sábanas
buscando un grito,
buscando calor entre sus recuerdos
buscando el tatuaje perdido
de lo que despierto le prometió
aquel falso adivino llamado amor
y aquel falso amor llamado olvido.
y aquel falso amor llamado olvido.
Dióse vueltas ese día
mientras el sol colgado desde su techo
seguía abrazando su vida,
dióse vueltas
pero estando en el fondo
ya no había donde caer.
ya no había donde caer.
Ese día,
la noche se compadeció de él
la noche se compadeció de él
y lo cubrió de rocío
sus heridas lavó,
y despertóse,
y despertóse,
pero el amor ... soñaba con él.