Friday, September 06, 2013

Promesa de un Final Desollado



Escucha el silbido
es mi cuerpo cayendo,
es el vapor del café
esperando para pasar gota a gota
las lágrimas que no se enfrían.

Con ese destello vulgar
alrededor de mi piel que cae
desollado por animales
que dormían a mis pies,
solo sueños que vienen a verme
para quitarme la piel,
para poder soñar
ser algo diferente.

No están quedando palabras
los tatuajes pierden sentido
y el Norte pierde importancia,
el sentido del viento que siempre
tiene la cojonuda razón
me lleva a dejar mil palabras
por solo una.

Al final todo siempre comienza
de una palabra
y en este armagedón que preveo
no hacían falta más profecías
que una carta de siempre,
una sensación conocida
de ser expulsado de mi realidad,
del timbre que agota las decisiones
del llanto que me hará nacer.

Dan igual mis recuerdos,
he aprendido el porque
los adultos olvidan
aquellos pasajes que vivíamos
y que nunca entendimos
sino con la necesidad inédita
de ordenar paranoicamente los escombros,
nadie quiere volver a un museo del horror.

Rescatamos las sonrisas ligeras
la eternidad de la felicidad
se encargará de grabar la nostalgia
a la menor ausencia de luz.

Recordaré la primera vez que creí
que la tercera vez era la última
clase para morir,
ahora escucho en mi sien
"este final está escrito".

Estoy dibujado en una promesa
que no me queda,
y me corta la piel,
para dibujarme promesas nuevas
unir líneas de augurios sánscritos
para divertimento de mi sombra.

Sin embargo sigo
proféticamente respirando
viajando en un barco empujado
por el mismo viento que busco,
guiado por el mismo viento que me lleva.