Noche para un beso

Es posible morir en la entrada de tus labios
cautivar un recuerdo,
encerrar mis manos en una copa
hurgar mi último sentido
girar en remolino en torno a mi espíritu
romper los diques
que contienen mi aliento.


Una mirada con brillo dentro de mi
unos ojos en mosaico de cedro y caoba
el aroma último que rosa la razón
y las furiosos avances
de las fauces del destino sobre nuestra pasión.


Hundir el lugar donde mueren las palabras
con los dedos queriendo abrir la piel
seguir hasta el último perfume de tu aliento
y tu alma en posesión de mi conciencia
tu corazón percutando en mi pecho
tu corazón haciendo temblar todo alrededor.


Jugar a contar estrellas
entre las comisuras de tus labios
dejo en cada rincón un bes,
mientras tejes la última canción
cantando con mis labios
en el susurro de la noche.


Divídase el mar entre nosotros
dos barcos se separan 
respirando aún la brisa entre sus velas,
quedan dos aves alrededor del nido
quedan hojas girando entorno al cielo
queda el aire que respiro
desde el día que tu me besas
aprendí que no me habían besado.

Pulsor

Sonrío por que se ha roto el hechizo purpura

de tus lazos de piel

que duermen en la colina de la duda

que despiertan sin vergüenza de intentar amar.

Se perfila un instante de luz entre mis aguas

despierta la duda con candela

muere mi voluntad en tu calor

y renace de a pocos con las horas sin ti,

el caprichoso resentimiento de amar.

La mañana dibuja una sonrisa

que no puedo querer comprender

y los sueños despierto

se hacen confusos en dos palabras

entre nuestros ojos,

rescatas la sonrisa perdida

y me vuelves en mi.

Puede ser la felicidad un abrazo del susurro

y tambaleo en un vaiven

que quiere ser un destino

y la vida esboza una carcajada

por que no he aprendido a vivir.

El Silencio de la Felicidad

Desdoblarse del pasado es volver a aprender a pensar
aquí les presento dos manos en el alma
cubriendo los pedazos de un espejo
intentando formar figuras entre los restos
con los ojos secos
cortando los puntos del pasado
intentando unir con su sangre
la ruta de un viaje.


¿Para que me pregunto siempre para que?
cuando existe la posibilidad de un silencio
¿Es que acaso es mejor recolectar que cultivar?
torcer el viento como una enredadera
y saltar hacia el vacío sin más.


Me regalo el silencio
por que suena mejor así
me regalo las dudas de una hoja en otoño
me regalo el agazapo de una fiera
me regalo una piedra en el zapato
me regalo mil preguntas desalmadas y desarmadas.


Persigo el pedazo de cielo
hecho de las preguntas
hecho de silencio
hecho de una sinfonía silvestre
hecho del último rayo de sol.


La luz que me regalo
es privada de mis vaivenes
se columpia con mi olvido
y resopla sobre mi cabello
me habla de una sonrisa
mientras se duerme en el gris de una tarde.


El aire que quiero respirar
se encuentra dormido en el perfume
de una noche de felicidad,
en el somero apunte de un diario
que cuenta fiel
los retazos del paraíso
y pregunta ¿El paraíso para que?
y la vida se queda silente
en el segundo que la felicidad
se olvida de todo aquello que pretende ser eterno.