Tuesday, March 29, 2011

Aduana al presente



No se admite tu pasado
No se admite la felicidad ni la inocencia
No se admite el centímetro ganado
No se admiten las dudas púrpuras a la pasión
No se admiten las dudas celestes de amar
No se admiten el rencor en tu iris
No se admite el dolor de lo ausente
No se admite la sonrisa intempestiva
No se admiten dudas para estar triste
No se admiten lágrimas de repaso
No se admiten dudas al sonreír
No se admite la sonrisa gratis
No se admite la suciedad en el rostro
No se admiten los pasos perdidos
No se admite la huella en la sombra
No se admiten los fantasmas de poemas
No se admite sobrecarga de remembranza
No se admite la oculta melancolía
No se admiten enfermedades grises
No se admiten saltos al vacío
No se admiten los besos en los cristales
No se admiten la sal de lágrimas
No se admiten ecos en el pecho
No se admiten tánatos de bolsillo
No se admiten políticas apocalípticas
No se admite fe sin confianza en sí mismo
No se admite caricias inciertas
No se admiten miradas frágiles
No se admiten palabras vulnerables
No se admite tiempo sentido y perdido
No se admite placer con culpa
No se admite amistad divertida
No se admite candidez prematura
No se admiten devolución de valores
No se admiten espejos sin la mejor verdad
No se admiten energías fútiles
No se admiten discursos estériles
No se admiten soportes prestados
No se admite sentarse sin el cinturón 
y los pantalones bien puestos


Esté atento durante el viaje
Y no se preocupe si su cuerpo empieza a crujir
si esos sonidos se vuelven una canción sobrepuesta,
es solo parte del viaje,
relájese y disfrute de trayecto
...mientras le devolvemos el equipaje.

Thursday, March 17, 2011

Al fin de un día



Nuestros errores se escriben con las uñas
en los cristales del paisaje dividido
por que nuestros colores traen dolor
y tu sonrisa se ve tan cierta
que se parece al amanecer
de los sueños que padecen de amnesia.

Que minuto se robó los rayos de la tarde
entre aquellas veredas y la esquina,
que viento incógnito y onomatopéyico
se llevó aquellos pasos desesperados.

Donde se fue la voz inmune
que aplacaba el ruido
que fue de ese día que no acababa
sino con nosotros
y que llego a tejer el génesis
con giros de la piel del armagedón.

Donde están las estrellas
hechas rocío en tus mejillas
y que hoy son solo silencio
entre los epitafios de la fe.

Duermen tus versos en silencio
junto con algunas sonrisas
que conserva aún la melancolía,
duerme azul el universo
sabiendo que la canción
que late en este pecho
aún, es mía.