No cabe duda
abandonar el espejismo de lo inmovil
dejar tu eco en mis retina
y tus pequeños labios en mis reflejos.
Dejar tus manitas y el olor de tu pelo
la aventura de tu piel
la nostalgia de quererte
fuera de los cultivos de mi pasado.
Entre la noche de tus ojos
de tu sombría inocencia
de tus besos delineados
de tus ganas enmudecidas
de tus sueños temblorosos
de tu piel exorbitada
de la linea que no pasé
por dejarla a la nostalgia
de tus manos, de tu sabor
de tu pequeña silueta inexplicable
inoportuna, afortunada
micronesia de sentidos
donde dejaste el mapa hacia ti.
Cuando extraño el destello
el sentido que no percibe el reloj,
cuando decido no extrañar,
no puedo evitar preguntarme por ti.
