fuera día
vuelven cosas a mi vida,
golondrinas nocturnas
anuncian mi venida, un mundo,
menos que el total;
pero vivo aún.
Cosas y trazos
realidades para no sentir,
cosas que hago por algo
y lo que sigo haciendo por ser.
Progreso de una palabra infinita
susodicha a nuestras mentes
como si todo fuera vano
y el nuestro es todo
dentro de un lago hecho en nuestro ser,
dos arroyos enclavados
en nuestra cara
que dicen que ven.
Cobarde para decir
a veces lo que me golpea en el vuelo,
una ruta indestina,
hacia una palabra sobre una puerta.
Por si el seno del mañana
pudiera ser cada día,
construyo un castillo de arena
encerrado en cristal,
que sobreviva cuando de vuelta el reloj
y no naufrague
entre miles de granos de arena más.
Si el pasado tuviese que ser
como hoy que se acaba
tengo un barco y un fósforo,
ganas de pensar y una roca,
un mundo de elementos,
estaba de vuelta y me vi pasar;
ya no soy,
hoy es mañana.
David E. Cieza Ramos
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