Thursday, April 01, 2010
Detrás del silencio
Con el orgullo en el bolsillo
deduzco lo toques mudos en la puerta
no existen,
en las manos no tengo nada
nada más.
El mal del silencio se hospeda
en el hotel de mi tristeza
de mi desolación,
me siento desvalido, sin valía
invalidado en las puertas del sol
por las lágrimas en mi rostro
que escriben con sangre
las palabras de mi sombra.
Hubo una puerta que hecha todo al olvido
y el encargado nunca me dio la llave,
hubo una vez que sonreía
y otras vez que golpeé contra la acera
mis puños hasta sangrar
golpee mis ojos para dejar de verme
pero la consciencia habita
donde el cuerpo oculta los oidos.
Donde no se guarda nada más
allí se guardan los latidos endidos y desesperados
en busca de calor
en espera de la presencia austera
de aquellas palabras que nunca llegan,
en compañía de aquel sometido precio
de no ser sustancial.
Esperando un golpe desde el cielo
en busca de un escape del silencio
en espera del alito de mi espiritu
y mi alma me obliga a callar,
a sembrar dolor y cosechar silencio
a sembrar dolor y cosechar;
silencio.
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