Me doblo en las sombras
susurro los últimos rastros congelados
tiritando mi sangre
no para de enmudecer
no para de diluir.
La piel se adelgaza
con el eclipsante ladrón
cuenta las gotas de sudor
después de las pesadillas
de vivir por un sueño.
Golpea el pecho
el exánime parpadeo
de la otra página de lo real
y oculta entre ráfagas
la armonía entretejida.
Es lunática la impresión
del retorno de otra noche,
y hasta el escozor de mi sombra
ulula como un fantasma
en las cosechas de soledad..
Un flash hacia el piso
un estruendo en mis manos
un segundo
un rastrilleo mecánico
una visión para recoger los pedazos
unirlos con palabras afásicas
escondiéndolo como una mirada furtiva
al legajo de sal
del rastro lunático de mi sombra.
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